Llevemos la ecología política a la Asamblea de Madrid

Los Berrocales es uno de los mayores horrores urbanísticos de la Comunidad de Madrid

Los Berrocales es uno de los mayores horrores urbanísticos de la Comunidad de Madrid

Me he presentado como precandidato de EQUO al parlamento autonómico de la Comunidad de Madrid porque pienso que necesitamos ecologizar urgentemente la Asamblea de Madrid.

Soy madrileño, de padres y abuelos (salvo uno, de Valencia de las Torres, provincia de Badajoz), me crié en el Batán, al lado de la Casa de Campo, aunque mis dos hijos son vallecanos porque llevo más de veinte años viviendo en este barrio, uno de los más populares de la capital. Son los años que el Partido Popular gobierna en la Asamblea. Son los años que el medio ambiente y la ecología llevan desaparecidos de la política madrileña (en el Ayuntamiento de Madrid aún más). Desde entonces sólo las leyes estatales y sobre todo las directivas europeas han impedido que el PP de Madrid haya arrasado con todo. Aún así, Esperanza Aguirre desdobló la M-501 contra las sentencias de tribunales propios y extraños y Gallardón tuneló el río Manzanares para construir su obra magna.

Pero el cúmulo de catástrofes es innumerable. Madrid es la comunidad autónoma que seguramente tenga la política ambiental más desastrosa. En Madrid las energías renovables brillan por su ausencia, con la cantidad de tejados disponibles para autoabastecer la ciudad que algunos cálculos equiparan a lo que podría producir una nuclear. Los ríos están hechos un asco en sus tramos medios y bajos sin que se haya realizado un mínimo esfuerzo por su restauración como corredores ecológicos y de esparcimiento, mientras se intenta privatizar el Canal de Isabel II una y otra vez (¿alguien duda que no lo intentarían otra vez si ganan?). La política de movilidad es tan mojigata como la propia Ana Botella, a pesar de que el número de muertes al año por la contaminación ronda las 2.500 personas. El desarrollo urbanístico ha sido gigantesco y sobredimensionado, especialmente en los años de la burbuja, devorando miles de hectáreas de tierra fértil que ahora yace en muchos caso abandonada (véanse por ejemplo Los Berrocales), mientras 260.000 viviendas permanecen vacías y se han desahuciado a casi 1.500 personas en los últimos tres años, de ellas casi la mitad menores de edad. La política de residuos es caótica y basada en la incineración y el beneficio de las grandes empresas de basuras, totalmente alejada de lo que suponen las tres «R». Los parques naturales languidecen sin presupuesto ni gestión, las especies amenazadas permanecen en el limbo (Madrid es la única comunidad autónoma que no ha aprobado un solo plan de recuperación, ni siquiera para el águila imperial), mientras se fomentan la caza mayor, las corridas y los festejos taurinos por toda la región.

No sigo para no cansar, pero para una cosa que cumplen, la creación del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, se limitan a las cumbres y desarrollan una legislación tan débil que según Ecologistas en Acción el parque estaba mejor protegido antes de la declaración. De hecho ahora se autorizan más cacerías que antes.

Esto debe cambiar y yo estoy dispuesto a trabajar por ello desde el convencimiento personal y el conocimiento personal.

No es desde luego lo único que hay que cambiar en la Comunidad. Hay que revertir las políticas antisociales del PP, devolver a la sanidad y la educación los estándares de calidad y gratuidad necesarias para cumplir con la universalidad de estos servicios esenciales. Hay que construir una política de dependencia y servicios sociales a la altura de un país europeo del siglo XXI. La investigación científica y la cultura deben ser puntales esenciales del desarrollo en una región que cuenta con la sede del CSIC y con seis universidades públicas, ahogadas presupuestariamente por un gobierno retrógrado que teme al conocimiento y favorece la religiosidad. Las artes y el teatro deben ser potenciadas debidamente como puntales básicos de atracción para el turismo. No todo son farolas, marquesinas y plazas de granito.

Por no hablar de darle a la ciudadanía el protagonismo democrático que le corresponde y que todos estos años de caspa pepera nos han robado. Literalmente.

Además, en EQUO tenemos pruebas de que un programa de gobierno basado en estos ejes de nuevo modelo productivo, sostenibilidad, derechos sociales y participación pública sería capaz de generar 250.000 empleos en cuatro años. Eso supone reducir a la mitad el desempleo en la región que ahora mismo es algo mayor de medio millón de personas (612.000 según la EPA).

Como hemos dicho tantas veces, tenemos un plan, pero necesitamos gente y apoyo para llevarlo a la práctica. En ese empeño estoy, y si eres simpatizante o afiliado de EQUO espero que me votes como precandidato a la Comunidad de Madrid. Gracias.

 

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