Artículo publicado en el blog «Ecologismo de Emergencia» de Público.es el 20.7.2018
El pasado mes de junio, la Comisión Europea decidió llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la UE porque cuatro comunidades autónomas, entre ellas Madrid, no tienen un plan de residuos conforme a lo establecido en la Directiva Marco de 2008. Teniendo en cuenta que este procedimiento de infracción empezó en noviembre de 2016, nos llama poderosamente la atención que, a pesar de existir encima de la mesa un proyecto de Estrategia de Residuos de la Comunidad de Madrid 2017-2024, la Comisión Europea haya decidido seguir adelante contra la Comunidad de Madrid. Mucho nos tememos que en Europa estén tan descontentos como nosotros con ese proyecto de Estrategia que ya lleva tres años de retraso.
Porque, como hemos tenido ocasión de señalar desde EQUO a través de un contundente pliego de alegaciones, esa Estrategia que propone el Partido Popular para Madrid es continuista e ineficaz, y no servirá para cumplir los objetivos europeos en materia de reciclaje y recuperación de materiales. Estamos llevando a vertedero el 73% de los residuos, cuando en 2020, dentro de dos años, no se puede superar el 50%. El PP apuesta por un modelo basado en la instalación de unas pocas macroplantas de tratamiento, de las que anuncian que podrán sufragar solo el 50%, abocando a las mancomunidades a buscar una gran empresa constructora que ponga el resto que ellas no tienen a cambio de la gestión. Es el modelo que se aplicó en su día en Valdemingómez y más recientemente en Loeches.
Pero el principal problema que tenemos en Madrid radica en la ausencia de separación en origen de la fracción orgánica de nuestros residuos, que supone el 43% del total. Ahora se recoge mezclada alrededor del 86% de la basura doméstica, por lo que el esfuerzo debe concentrarse en cambiar de modelo, implantando cuanto antes la recogida selectiva, como ya ha empezado a hacer el Ayuntamiento de Madrid. El Ayuntamiento acaba de presentar un ambicioso nuevo plan municipal de residuos que establece que el cubo marrón estará implantado en toda la ciudad en 2020. Sin embargo, la Comunidad pospone la recogida separada para el año 2023. ¡Tres años más tarde!
Pero el culmen del fracaso del modelo de gestión de residuos del PP, a través de unas mancomunidades de las cuales se ha desentendido, lo ejemplifica el cierre inminente del vertedero de Alcalá de Henares, parece ser que en el primer trimestre de 2019, y para el cual no existe aún alternativa. ¿Qué solución van a dar a este mayúsculo problema? ¿A dónde va a llevar la Mancomunidad del Este las 800 toneladas diarias de basura que se generan? Si se hubieran empezado a planificar medidas de reducción de residuos y de separación en origen cuando tocaba estaríamos en otra posición, pero ahora solo se trata de buscar otro sitio donde tirar la basura de 700.000 madrileños.
Ya vale de echar balones fuera. Los municipios tienen que recoger la basura, por supuesto, pero la responsabilidad de que se cumplan los objetivos europeos y se hagan los tratamientos de separación y reciclaje adecuados es de las Comunidades Autónomas. Y para ello tendrán que adoptarse las medidas legislativas necesarias para tener una política regional de residuos razonable y coherente que aborde las necesarias medidas de fiscalidad y coordinación administrativa. Medidas que el gobierno de la Comunidad de Madrid no es capaz de proponer ni en su borrador de Estrategia.
Desde EQUO y Podemos venimos reclamando una Agencia de Residuos de la Comunidad de Madrid que sea capaz de planificar y coordinar la recogida y tratamiento de los residuos en cooperación con los Ayuntamientos de la región. Para ello es necesario un nuevo marco legislativo regional que ayude a la implantación de los objetivos europeos y meta de lleno a Madrid en esa nueva economía circular de la que tanto se habla pero que tan poco se promueve.