Con 1.007 kilómetros el río Tajo es el curso fluvial más largo de la Península Ibérica. Y aunque el gobierno de nuestra Comunidad no se de por aludido, el Tajo también transcurre a lo largo de unos 70 km por Madrid, formando en parte de su recorrido el límite con la provincia de Toledo y atravesando de este a oeste los municipios de Estremera, Fuentidueña del Tajo, Villarejo de Salvanés, Villamanrique de Tajo, Colmenar de Oreja y Aranjuez.
A lo largo de este recorrido el Tajo ha venido conformando una serie de parajes naturales de excepcional riqueza ecológica y belleza paisajística, que se han derivado en numerosos reconocimientos legales.
El más notable de todos es la declaración del Paisaje Cultural de Aranjuez como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO el 14 de diciembre de 2001. Más tarde reconocido también como Lugar de Excepcional Valor Universal en julio de 2015.
Además el 81% del término municipal de Aranjuez está protegido por la Red Natura 2000, dentro de la Zona denominada “Vegas, Cuestas y Páramos del Sureste de Madrid” y por la ZEPA “Carrizales y Sotos de Aranjuez”, por sus destacados valores internacionales, tanto en forma de hábitats protegidos por la directiva europea correspondiente como en especies amenazadas, incluidas 473 especies de flora y 695 de fauna, incluidas 268 especies de aves. Existen además espacios naturales catalogados con singularidad propia, como la Reserva Natural del Regajal-Mar de Ontígola, el Carrizal de Villamejor y el Soto del Lugar.
Pero la especie más amenazada de todas son los vecinos y vecinas de la ribera del Tajo, ya sean agricultores, hortelanos, pescadores, naturalistas, turistas o meros paisanos. Y con ellos todo el patrimonio natural y cultural de este paisaje excepcional.
Porque lo cierto es que el río Tajo se muere en Madrid. Se muere de inanición, por falta de agua que es lo que realmente crea y constituye el río.
Los miembros de la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea de Madrid ya tuvimos ocasión de comprobarlo en directo el día 9 de abril de este año, en una jornada a la que nos invitó la Asamblea del Tajo y el Ayuntamiento de Aranjuez. En esa visita de campo comprobamos que el otrora majestuoso río Tajo se encuentra gravemente enfermo. La pérdida de valor medioambiental, turístico, etnográfico y económico es manifiesta. En el azud de Palacio pudimos comprobar que el Tajo no es más que un estanque para patos represado para dar una falsa imagen acuática, cuando aguas arriba sus riberas se mueren de sed y falta de cuidados y las antiguas playas que utilizaban en el pasado cientos de madrileños para refrescarse en verano han quedado en dique seco.
También vimos como hoy en día el Jarama ya no es afluente del Tajo, como aprendimos en el colegio, sino que realmente es el Tajo el que desemboca en el Jarama. Un hilillo de aguas verdes que se mezcla con las grises del Jarama. Grises en todos los sentidos por cierto.
La situación crítica del Tajo a su paso por Madrid no es de origen natural ni fruto de una maldición ecologista. Es consecuencia de décadas de una política hidrológica radicalmente equivocada que ha dado prioridad a la cesión de agua al trasvase Tajo-Segura, para generar beneficios económicos en otras cuencas, frente a la supervivencia del río Tajo, su fauna, su flora, sus riberas y la vega de Aranjuez, su paisaje y su agricultura. Y esta política equivocada ha contado con la complicidad y la apatía del gobierno de la Comunidad de Madrid, que se ha desentendido de nuestro río Tajo y ha obedecido mansamente a los designios de la administración hidrológica estatal, sin defender adecuadamente a nuestro territorio ni a nuestros ciudadanos.
Pero además esta política hidráulica es ilegal. Porque el Plan Hidrológico del Tajo, aprobado en diciembre de 2015 por el gobierno de Rajoy, en lugar de establecer un caudal ecológico como estipula el Reglamento de Planificación Hidrológic (caudal ecológico es el que contribuye al buen estado ecológico de los ríos, y que mantiene, como mínimo la vida piscícola natural así como su vegetación de ribera), simplemente se limita a trasladar tal cual los caudales legales establecidos por el anterior PH que en Aranjuez son 6 m3/seg fijos todo el año. O sea, el mismo caudal establecido por la Ley del trasvase Tajo-Segura de 1980, que es totalmente insuficiente y que lo único que garantiza es que el cauce no se seque.
Por ello, el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo aprobó en julio un informe en el que se reclama la revisión del PHT, para establecer un auténtico régimen de caudales que permita el mantenimiento en buen estado de conservación de todos estos espacios naturales protegidos y del Paisaje Patrimonio de la Humanidad.
Por ello también, el pleno del Ayuntamiento de Aranjuez ha aprobado por unanimidad en repetidas ocasiones, la última vez el pasado 20 de octubre, instar al gobierno a la revisión del PHT y la adopción de una serie de medidas urgentes, empezando por el aumento de ese caudal mínimo hasta los 14,06 M3/segundo, que es el caudal calculado en la propia Memoria técnica del PHT, y que sin embargo fue obviado olímpicamente en la aprobación definitiva del Plan. Ello no es óbice para realizar más estudios que establezcan un régimen de caudales adecuado, puesto que un río no es un canal de caudal fijo, tiene variaciones estacionales, pero esto es el mínimo que la propia memoria técnica del PHT ya estipulaba.
Así pues, hemos presentado en la Asamblea de Madrid una Proposición No de Ley que recoge las justas reivindicaciones del Ayuntamiento de Aranjuez y de la Asamblea por la Defensa del Río Tajo y que en síntesis son las siguientes:
- Instar al Gobierno del Estado a revisar el Plan Hidrológico del Tajo para habilitar un régimen de caudales acorde a la Directiva Marco del Agua y a los valores ambientales de la comarca.
- Instalar un caudalímetro en Aranjuez.
- Fijar un caudal mínimo ecológico de 14,06 m3/seg en Aranjuez.
- Que la Confederación Hidrográfica del Tajo realice una inversión anual de, al menos, 500.000 euros para la recuperación ambiental y limpieza del cauce y las riberas a través de un convenio con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Aranjuez.
- Garantizar el mantenimiento del Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad de Aranjuez.
- Cumplir el plan de gestión de la Zona Red Natura 2000 aprobado por el decreto autonómico 104/2014.
- Realizar un estudio del impacto de los vertidos del área metropolitana de Madrid al río Jarama. Porque estamos muy preocupados por las evidencias de contaminación del río Jarama, que además hemos podido ver en los medios de comunicación recientemente.
El río Tajo se muere, pero seguramente estamos a tiempo de revertir la situación, porque la capacidad de la naturaleza y en particular de los hábitats vinculados al agua tienen una asombrosa capacidad de recuperación. Pero no podemos esperar más. La Comunidad de Madrid tiene que asumir su responsabilidad en la defensa del río Tajo, de sus espacios naturales, el Paisaje Patrimonio de la Humanidad y en último término de los vecinos y vecinas de Aranjuez y su comarca.