El lince ibérico (Lynx pardinus) es uno de los felinos más amenazados del mundo y, al ser una especie endémica de la Península Ibérica, constituye una de las mayores joyas de nuestro patrimonio natural, de modo que tenemos la enorme responsabilidad de proteger, conservar y recuperar a la especie, no sólo para orgullo y satisfacción de todos los españoles, sino de toda la Humanidad. La legislación vigente, en consecuencia, dispone las medidas básicas de protección y recuperación de una de las especies más emblemáticas de la fauna española.
El lince ibérico ha atravesado una situación crítica en las últimas décadas, que le llevó al borde mismo de la extinción. De distribuirse por toda la Península a principios del siglo XX, en los años 80 sólo quedaban 9 poblaciones conocidas, una de ellas en la Comunidad de Madrid y de ahí, pasó muy rápidamente a tener únicamente dos núcleos reproductivos confirmados en Andalucía (en los espacios naturales de Andújar y Doñana) con un máximo estimado de 160 ejemplares. Las causas del declive se atribuyen a la persecución directa en los cotos de caza, y a otros tipos de mortalidad indirecta o accidental como los atropellos en carretera, el declive del conejo (su presa básica) y la alteración del hábitat.
Para impedir su extinción, y revertir la situación de amenaza de la especie, durante los últimos años se han puesto en marcha varios centros de cría en cautividad en distintas comunidades autónomas y en Portugal, se han adoptado medidas intensivas de conservación de las poblaciones conocidas, y se vienen además desarrollando proyectos de reintroducción de la especie en diferentes zonas de España y Portugal, con financiación de los fondos LIFE de la Unión Europea. Actualmente se encuentra en vigor el Proyecto LIFE – Iberlince, en el que están participando los gobiernos de España y Portugal y varias Comunidades Autónomas, con el objetivo declarado de recuperar la distribución histórica del lince ibérico en la Península, estableciendo nuevas áreas de ocupación a través de la reintroducción de más individuos, procedentes principalmente de la cría en cautividad. En estos proyectos nacionales e internacionales, por supuesto, la Comunidad de Madrid ni está ni se le espera, haciendo gala de su habitual desprecio por la conservación del medio natural.
El Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres publicado en 1992 (Decreto 18/1992) incluye al lince ibérico como especie “en peligro de extinción”, lo que debería haber conducido a la redacción, aprobación y ejecución de un Plan de Recuperación de la Especie, según lo estipulado por la Ley 2/1991 para la protección y regulación de la fauna y flora silvestres en la Comunidad de Madrid, y del cual no hay ni rastro, ni siquiera en forma de borrador. Esto a pesar de que la presencia del lince ibérico en la región quedó constatada por un informe técnico publicado por la Estación Biológica de Doñana (CSIC) en 1996 y posteriormente por la recogida de excrementos en los años 2000 en el suroeste de la Comunidad coincidiendo con la ZEC Natura 2000 de los “Encinares de los ríos Alberche y Cofio”, un área que según todos los expertos guarda unas características idóneas para su supervivencia.
Los últimos trabajos, realizados por el equipo del profesor Germán Alonso de la Universidad Complutense, han salido publicados en todos los medios de comunicación, y reportan 9 excrementos de lince en 2015 y nada menos que 46 en 2016, según los análisis de ADN efectuados en la Cátedra de Genética de dicha Universidad. Los resultados de este estudio, que los investigadores tuvieron la oportunidad de exponer en febrero de 2016 y esta misma semana de nuevo en la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea de Madrid, y constatan la idoneidad del hábitat para la especie en una superficie significativa de la Comunidad de Madrid, suficiente para dar cabida a más ejemplares ya sea por un fenómeno de recolonización natural, o como resultado de posibles proyectos de reintroducción que se pudieran acometer para recuperar las poblaciones de lince ibérico en Madrid.
Por todo lo expuesto, hoy hemos presentado una Proposición No de Ley instando al Gobierno de la Comunidad de Madrid para que se redacte, apruebe y ejecute del preceptivo Plan de Recuperación del lince ibérico en la Comunidad de Madrid, de acuerdo con las leyes de la propia Comunidad de Madrid y la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, contando para ello con la participación de todos los agentes sociales involucrados, y especialmente con los expertos en la especie.
Este plan de recuperación debe contar con medidas que propicien la conservación efectiva de los hábitats que pudieran albergar lince en la Comunidad de Madrid y especialmente en el ámbito de la ZEC Cuencas de los ríos Alberche y Cofio, donde se han detectado los indicios más recientes de lince ibérico. Además se deben realizar los estudios científicos necesarios para determinar la capacidad de los hábitats de la Comunidad de Madrid para el mantenimiento de una población reproductora estable del lince ibérico, de forma que la Comunidad de Madrid se pudiera incorporar en futuros proyectos de conservación que vayan a dar continuidad al Life Iberlince y que permitan la recuperación a medio plazo del lince ibérico en la región. Y por supuesto hay que invertir en concienciación y educación ambiental en las zonas que pudieran ser susceptibles de recibir ejemplares procedentes de la cría en cautividad, con el objeto de crear nuevas poblaciones de la especie, incluyendo en especial acuerdos con los propietarios de fincas privadas que puedan mantener a la especie, tal y como se ha venido haciendo en los proyectos Life ejecutados ya en Andalucía.
La Comunidad de Madrid es un territorio idóneo para albergar una de las zonas de reintroducción del proyecto Iberlince, igual que lo están siendo zonas de Toledo o de Extremadura, pero está claro que los gobernantes del PP no quieren asumir sus responsabilidades, ni aunque lo diga la Ley. Les importa poco o nada la conservación de la naturaleza y aún menos el cumplimiento de las leyes que no les interesan. Se conforman con mantener a duras penas el patrimonio heredado, y en realidad ni eso, puesto que los recursos que dedican a ello son manifiestamente insuficientes, y no hay más que revisar el estado de conservación de nuestros parques y zonas Natura 2000. Antes al contrario, promueven proyectos tan dañinos para la conservación del medio natural de la Comunidad como la Ley del Suelo, o el desdoblamiento de la A1.
Queremos que vuelva el lince a Madrid, porque tenemos zonas idóneas para ello, y porque su presencia resultaría en un beneficio para los ecosistemas madrileños y también para el desarrollo rural de las zonas implicadas.