Un artículo esclarecedor de Ignacio Ramonet sobre la situación en Libia

Mi pasada entrada en el blog sobre la posición de Equo en el conflicto libio ha causado tal número de comentarios, y especialmente ataques desde lo que a mí me parece un pacifismo mal entendido, que no puedo por menos que compartir aquí un gran editorial de Ignacio Ramonet en el número de abril de Le Monde Diplomatique.

En un extenso artículo, el presidente de honor de ATTAC, pensador destacado del movimiento antiglobalización, describe prolijamente los recientes sucesos en el norte de Africa que han conducido a la rebelión en Libia y finalmente a la intervención internacional al amparo de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Este es el enlace al editorial completo:

http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=e684c57b-e238-480d-b7f7-bcea31a481b9

Pero, para el que no tenga mucho tiempo extraeré los tres párrafos que a mí me parecen claves de todo el razonamiento de Ramonet:

«…En semejantes circunstancias, cualquier otro dirigente razonable hubiese entendido que la hora de negociar y de abandonar el poder había llegado (9). No así el coronel Gadafi. A riesgo de sumir a su país en una guerra civil, el «Guía», en el poder desde hace 42 años, explicó que los manifestantes eran «jóvenes a los que Al Qaeda había drogado echándoles píldoras alucinógenas en el Nescafé»… (10).  Y ordenó a las Fuerzas Armadas reprimir las protestas a cañonazos y con fuerza extrema. El canal Al Jazeera mostró los aviones militares ametrallando a los manifestantes civiles (11)…»

«…En ese contexto de urgencia, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó, el 17 de marzo, la resolución 1973 que establece un régimen de exclusión aérea en Libia con el fin de proteger a la población civil y hacer cesar las hostilidades (24). La Liga Árabe había dado su acuerdo preliminar. Y, cosa excepcional, la resolución fue presentada por un Estado árabe: el Líbano (además de Francia y Reino Unido). Ni China, ni Rusia, que disponen de derecho de veto, se opusieron. Brasil y la India tampoco votaron en contra. Varios países africanos se pronunciaron a favor: Sudáfrica (la patria de Mandela), Nigeria y Gabón. Ningún Estado se opuso.»

«Se puede estar en contra de la estructura actual de Naciones Unidas, o estimar que su funcionamiento deja mucho que desear. O que las potencias occidentales dominan esa organización. Son críticas aceptables. Pero, por ahora, la ONU constituye la única fuente de derecho internacional. En ese sentido, y contrariamente a las guerras de Kosovo o de Irak que nunca tuvieron el aval de la ONU, la intervención actual en Libia es legal, según el derecho internacional; legítima, según los principios de la solidaridad entre demócratas; y deseable, para la fraternidad internacionalista que une a los pueblos en lucha por su libertad.»

Finalmente Ramonet, ante la situación actual, una vez detenida la ofensiva de Gadafi sobre Bengasi e implementada la zona de exclusión aérea, pide que se de paso a la negociación política:

«…Obtenida la zona de exclusión aérea y a salvo ya la población civil de Bengasi, las dos principales exigencias de la Resolución 1973 estaban cumplidas a finales de marzo. Aunque otras demandas no lo estaban aún (el cese el fuego por parte de las fuerzas gadafistas, y la garantía por éstas de acceso seguro a la ayuda humanitaria internacional), a partir de ese momento los bombardeos debieron cesar. Tanto más cuanto la OTAN, que no ha recibido mandato internacional para ello, ha asumido el 31 de marzo el liderazgo militar de la ofensiva. La Resolución tampoco autoriza a armar, entrenar y dirigir militarmente a los rebeldes. Porque ello supone un mínimo de fuerzas extranjeras («comandos especiales») presentes en el suelo libio, lo cual está explícitamente excluido por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad.»

«Es urgente que los miembros de ese Consejo de la ONU vuelvan ahora a consultarse; que se tenga en cuenta la posición de China, Rusia, la India y Brasil para imponer un alto el fuego inmediato y buscar una salida no militar al drama libio…»

Pero es evidente de todo el razonamiento, que esta nueva fase no hubiera sido posible sin la intervención anterior. Además Ramonet hace una interesante interpretación de la actitud de determinados gobiernos sudamericanos hacia todo este conflicto, actitud que califica de error histórico y que ha sido compartida por algunas formaciones políticas españolas.

Saquen ustedes sus propias conclusiones y comenten y debatan. Trols abstenerse.

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14 thoughts on “Un artículo esclarecedor de Ignacio Ramonet sobre la situación en Libia

  1. No sé si seré eso que, con muy mala fe, el amigo Alejandro Sanchez llama un trol de los que se debe abstener de comentar y debatir. Mi ignorancia me impide saber en qué consiste el insulto pero, por si acaso no entro en la categoría, y dado que debo ser, en ese caso, una pacifista de esas mal entendidas (¿no suena un poco macartista el asunto?) y como no quiero repetir argumentos propios, usando el mismo nivel dialéctico de quien se siente atacado por argumentos diferentes, quiero referir un manifiesto que ha sido publicado en el Público por diversas personas que, me parece a mí, tienen amplia cometencia en la materia, como son los profesores Oliveres, Fernández Buey, Taibo y tantos otros. Si el argumento (en mi criterio desafortunado) de Alejandro necesita ampararse en ramonet (que me parece a mí que no coincide mucho con lo dicho por el primero, pero en fin, dejémoslo para otro momento) aquí va una carga de autoridad moral y científica, porque Ramonet es Ramonet, pero los que opinan de otro modo (y piden respeto para eso que llamáis demonizadoramente pacifistas malentendidos) son nada menos que especialists en la materia. Ahí va el enlace, porque parece interesante contrastar opiniones desde las opiniones y los argumentos, no desde la descalificación.

    http://www.publico.es/internacional/370131/el-intervencionismo-humanitario

    Quisiera aprovechar para pedir muy comedidamente al amigo Alejandro que nos diga algunas cosas que nos permitan mantener un diálogo no de trols, sino de personas que honestamente buscan la paz, como por ejemplo:

    ¿Es alejandro pacifista? En ese caso ¿En qué se diferencia su pacifismo del pacifismo mal entendido? ¿En qué consiste el pacifismo mal entendido? ¿Está de acuerdo Alejandro en prohibir la investigación militar, la fabricación de armas, su venta a tercero países? ¿Apuesta por procesos de transarme para hacer desaparecer los ejércitos? ¿Apuesta por disminuir el presupuesto militar o por trasferirlo a otros ministerios? ¿Tienen una idea clara de lo que la directiva de defensa debería fijar como objetivos de la defensa (por ejemplo, qué hay que defender, quién ha de hacerlo, cómo, etc?¿APuesta por una politica proactiva de relaciones internacionales noviolenta? ¿Considera que la noviolencia tiene viabilidad política para construir la paz? EN fin, se me ocurren muchas más, pero una postura en estas tal vez nos permita seguir un debate informado y cordial.

    • Yo también intervine en la conversación citada sobre el tema. Y también disentí de las opiniones expuestas por don Alejandro Sánchez. Puedo por tanto, al igual que tú, sospecharme aludido con la calificación de trol, y quizá debería abstenerme de participar de nuevo en estas charlas. Deseo, sin embargo, dejar aquí unas cuantas letras más, ahora para sumarme a tus preguntas y para afirmar, de manera serena pero clara y contundente, que discrepar no es atacar, no al menos en mi caso. Lamentablemente las perversas dinámicas de las guerras propenden a contaminarlo todo, también el lenguaje, creando figuras como la del pacifismo bien entendido, ese que apoya los grandes bombardeos sobre ciudades y los humanitarios programas de “armas por petróleo”, mientras repite orante la consigna de aquellas pesadillas orwelianas: “La guerra es la paz”.

  2. Atila Diaria:
    ¿que tema debatimos? ¿la situacion en Libia?.
    Para ello, habrá que referirse a los hechos y no a analisis teoricos, DEMASIADO GENERICOS.que pueden servir, para cualquier asunto. Es necesario CONCRETAR Y SABER, A QUE NOS REFERIMOS
    Tu pacifismo, me parece, que no sirve, para soluciones prácticas. Cuando hay un conflicto, hay que ACTUAR?.
    ¿COMO SE SOLUCIONA EL CONFLICTO? ¿NO ACTUAMOS Y DEJAMOS, QUE GADAFFI MASACRE, A LA POBLACION LIBIA?
    En la misma linea, esta el manifiesto al que te refieres, me da lo mismo, que sea un nº grande de personas de reconocido prestigio. NO ESTOY DE ACUERDO, por las mismas razones.

  3. A estas alturas creo que las posturas están bien definidas y claras, y, en cuestiones como éstas, no se está equivocado o se tiene razón del todo, sino que cada cual acarrea con su responsabilidad y contradicciones. Nadie tiene la capacidad para determinar la realidad; pero ésta está en continuo movimiento, y todos, por activa o pasiva, participamos en esa realidad. Es por esto que nadie pasa por la vida sin tacha, y no hay lugar para inocentes.

    Personalmente, como no aspiro a la perfección, ni está en mis manos el no equivocarme nunca, hago caso a mi sentido de la proporcionalidad, que creo yo es el origen de la justicia, y apoyo la intervención militar, con sus pros y sus contras.

    Y es cierto, todos podrían decir lo mismo, y sin embargo hay posturas totalmente enfrentadas; por ello, al final, es una cuestión de poder, una cuestión de mayorías. De aunar intereses y sensibilidades.

  4. Me complace señalar que comparto punto por punto lo que Alejandro Sánchez expone en su artículo. Es para mí muy alentador constatar la sensatez con se enfoca un tema complejo con varios puntos conflictivos. Es obvio que cualquier persona sensata ha de oponerse a la guerra. Pero ha de ser igualmente incuestionable la defensa incondicio- nal de derechos fundamentales como los derechos a la vida y la libertad. Y en este tema ético no necesito especialistas (¿alguien los necesita?) para decidir qué es lo correcto. Cierto que hoy por hoy no podemos instituir una justicia internacional que actúe frente al avasallamiento de esos derechos fundamentales por todas las dictaduras existentes. Pero cuando un pueblo sufre el ensañamiento criminal de un déspota, se rebela y pide ayuda para liberarse, sería vergonzoso e hipócrita negarle la ayuda QUE SÍ ACEPTARÍAMOS SI LAS VÍCTIMAS FUÉRAMOS NOSOTROS. Por muy pacifista que se sea, ¿puede alguien negar, por ejemplo, la necesidad de emplear la fuerza para detener los crímines de los nazis contra los judíos? Y muchos pacifistas de última hora han lamentado en su momento que las democracias europeas no intervinieran para parar el alzamiento fascista en España. Eso sí es un pacificismo mal entendido. Es muy fácil ser pacifista a raja tabla cuando es gratis; es decir,cuando no es uno quien sufre la opresión, la tortura o el asesinato. Defender la vida y la libertad de personas concretas -como cada uno de nosotros- está por encima de cualquier querido principio abstracto.

  5. Bueno, bueno: Parece que algun@s compañer@s no pierden ocaasión para sustituir las razones por los típicos: ahora aparecen los pacifistas de última hora, los pacifistas cómodos que pontifican desde una situación donde no sufren tortura, las veladas acusaciones de no hacer nada por los derecho shumanos, la libertad y una serie más de prejuicios que, en beneficio del debate, interesa desterrar etc.

    A Alvaro le sorprendería conocer que mi pacifismo, tal vez de última hora y mediocre, cuenta con más de tres décadas de militancia (antes, como también a los ecologistas y a quienes éramos ambas cosas, nos llamaban cosas parecidas: ilusos, comeflores, hippies, maximalistas, inconsecuentes,no implicados, etc.), ha pasado por situaciones de complicaciones muy poderosas y, si me apuras, represión, y desde luego creo que al menos por los derechos humanos, por la libertad y la seguridad de las personas «concretas» he trabajado en toda mi vida cuando menos lo mismo que tú, en cosas tales como la alfabetización de gitanos, el trabajo en prisiones, con marginados, en la insumisión, con comunidades de otros pueblos del mundo y un largo etcétera Y, creeme, no me considero una excepción en el pacifismo ni puedo permitir que te despaches con tanta injusticia hacia quienes pueden ser tildados de muchas cosas, pero no de vivir en una burbuja y no comprometerse.
    Pero ese no es el debate.
    Imagino que quienes participamos de una visión alternativa y de apuesta por la justicia y la democracia somos del mismo bando, aunque discrepemos en algunos criterios, y no caigo en la tentación de comparar a quienes desde este bando consideran que la intervención militar en libia era necesaria, con los del bando de los que tienen una visión militarista de la sociedad, buscan intereses diferentes, creen en el poder, etc. Imagino que este debate se hace porque tod@s (sin reprocharnos falta de compromiso ni de opciones sinceras porque lo damos por entendido)aspiramos a poner en común ideas y criterios para sacar conclusiones y razones para otras ocasiones. Yo aspiro a explicar por qué creo que la intervención no es eficaz desde el punto de vista práctico (y no desde un irrealismo teórico), no mejora nada, no es oportuna y, por lo demás, empeora las cosas, tanto en el caso libio como en tantos otros.

    Si, como dice Paz, hay que ir a lo concreto y renunciar a los análisis teóricos (yo creo que no, que hay que ir a lo concreto y acompañarnos de los mejores análisis teóricos posibles) en el caso de Libia tenemos el claro ejemplo (ahora a toro pasado, lo reconozco) de que la intervención no ha sido muy decorosa: No se ha mejorado nada. Se ha fortalecido una opción que estaba en el ambiente de guerra civil. se ha cronificado ésta. Hay víctimas civiles en los dos bandos. No parece que la perspectiva sea de solución precisamente y, para colmo de males, hasta la OTAN (la coalición) ha matado civiles en varios momentos.

    Desde esa concreción, la verad es que la intervención no ha sido no sólo eficaz, sino tampoco presentable politicamente ni se puede esperar que de la misma se llegue a más democracia ni a menos horror.

    Como creo que tod@s queremos, se hace preciso el alto el fuego, que se pare la guerra, y que se emprendan vías de negociación y de transoformación (lamentablemente los conflictos no se solucionan casi nunca, pero sí se pueden transformar a estadíos más favorables) del conflicto hacia mayor paz, mayor seguridad y más libertad.

    Ahora en LIbia la pregunta sobre si se debió intervenir o no parece ya hasta antigua. Lo cierto es que se intervino y lo cierto es que el resultado fue el que conocemos. Ahora lo ético es preguntarse no por el ayer sino por el hoy, y hoy lo importante es traer la paz, parar la guerra y exigir responsabilidades a todos los culpables: a los de allí, lo que incuye a Gadafi y los suyos; y los de aquí, sus encubridores y apoyos tanto tiempo.

    Ahora bien, hay otros tantos conflictos en pié con situaciones horrorosas, tanto o más que Libia: tenemos el caso de costa de Marfil (donde entre otras cosas los ejércitos de uno y otro lado han masacrado población civil, incluso hoy he leído que han quemado vivo un contingente humano importante), o el de Siria (donde revueltas por la democracia dan como resultado muertos por el ejército), Palestina, y un largo etcétera. La pregunta sigue vigente en estos casos y nos obliga a preguntarnos de nuevo, en este caso tomando el ejemplo libio, por el «qué hacer».

    Porque es evidente que l@s que estamos a este lado, pacifistas de nuevo como lo hayáis dicho o pacifistas del tipo que se quiera, o gente que no cree que el pacifismo valga la pena, pero que aspiramos a trabajar por una alternativa a este modelo nuestro, lo que no queremos es quedarnos quietos, mirar para otro lado y, como decís, «dejar hacer» a los tiranos. Queremos intervenir y ser eficaces y no delegar nuestras responsabilidades en otros.

    En este caso creo que la pregunta de LIbia sigue vigente ahora: ¿Era/es inevitable la intervención militar?¿Era/es la solución?, ¿Era/es oportuna?, ¿Se pudo hacer otra cosa?¿Se pudo intervenir de forma diferente, noviolenta, diplomática, etc?. Es la pregunta porque es la misma para las otras situaciones, las que están vigentes.¿POdemos hacer algo?¿Tiene que ser mandar tropas?¿Hay otras oportunidades de acción aquí y en la zona para cambiar la situación eficazmente?

    YO particularmente encuentro que de lo mucho que se ha escrito por diversos lugares sí aparecen propuestas que bien pueden merecer un repaso. Me refiero a propuestas de actuación que no spueden involucrar personalmente aqui y ahoray que no necesariamente pasan por dar apoyo a los ejércitos. Si se lee el texto de Utopía COntagiosa que yo he encontradoe en la ruta http://es.scribd.com/doc/52007343/PROPUESTA-DE-LINEAS-DE-ACTUACION-NOVIOLENTA-ANTE-EL-CONFLICTO-LIBIO, aparece una especie de decálogo de actuaciones prácticas que podemos poner en pié hoy mismo.
    Si leemos los posicionamientos de diversos institutos de investigación para la paz como el Peace International Bureau o la declaración de la Internacional de resistentes a la Guerra -WRI- dnde militaron pacifistas de última hora como Russell y Einstein (http://wri-irg.org/node/12636), o las declaraciones de los «rebeldes» tunecinos que propiciaron el inicio de la marea antidictadores del norte de áfrica (http://tercerainformacion.es/spip.php?article23592), me parece que no se les puede tildar de ilusos sin más. Igual ocurre con el manifiesto de los escritores de la editorial icaria en temas de paz, entre ellos pacifistas con un amplio compromiso de lucha como Pepe Beunza, que estuvo preso en tiempos de franco por objetar al ajercito, o Arcadi Oliveres que ha sido un hito en la lucha contra la dictadura, o los profesores Gordillo y fernández Buey a quien sólo siendo muy ignorante se puede calificar de forma despectiva, o la opinión de Chomsky, que tampoco es pacifista precisamente (http://www.antimilitaristas.org/spip.php?article4866).

    Ahí hay una serie de propuestas que no son para tirar a la papelera, porque pueden vertebrar tanto un discurso ante los conflcitos internacionales como una linea de acción política que se empiece a trabajar ya y ahora.

    frente a esto, que a lo mejor no es todo, pero es algo. Al otro lado, lamentablemente, lo único que hay es apoyar o no la intervención militar que hacen otros. Y eso, creo yo, no nos puede dejar tranquil@s ni puede ser nuestra respuesta porque, de eso estoy segur@, tenemos mucho más que decir.

  6. 1. Artículo de ‘Le monde diplomatique’ por artículo de ‘Le monde diplomatique’, aconsejo la lectura, una página después del de Ramonet en el último número de la revista, del artículo «La guerra sucia del UCK en Kosovo», donde se revelan unos cuantos datos sobre otros ‘rebeldes’ que, según los Verdes Europeos hace diez años, ‘merecían el apoyo de los democratas del mundo’, y bien que se les prestó con pacifismo bien entendido a través de bombardeos de la OTAN. Supongo que el grupo de expertos pacifistas bien entendidos al que ha acudido el patronato de Equo estarán mejor informados que los que aconsejaron el apoyo a estos héroes.

    2. No veo a santo de qué viene la inquina con que Ramonet y otros articulistas de este número de ‘Le monde diplomatique’ cuestionan la falta de entusiasmo con que algunos gobernantes latinoaméricanos han recibido la intervención de la OTAN en Libia. Incluso si aceptamos la versión de los hechos que la OTAN y Ramonet difunden, eso no debería hacernos olvidar que las entidades que llevan a cabo los bombardeos sobre Libia son las mismas que están amenazando a esos gobiernos. Esperar que Venezuela se entusiasme con los actos de las estructuras que le amenazan es algo así como esperar que Churchill se entusiasme con las acciones del ejército soviético, por mucho que el ejército soviético se enfrentase al enemigo del mismo gobierno de Churchill.

    3. Aceptar la versión que dan la OTAN y Ramonet es mucho aceptar. Los emigrantes árabes con los que tengo contacto, entusiasmadisimos con todas las revueltas que están teniendo lugar en su zona de origen (incluso con las que ocurren en sus propios países – en torno a los cuáles cierran normalmente filas)están que trinan con esta intervención militar. Por lo demás, en la red se encuentran muchas dudas que no discutiré aquí. Como dice José Luis Gordillo (http://www.nodo50.org/casc/spip.php?article921): «Claro que estas posturas se adoptaron a partir de las noticias o rumores difundidos por los mass media. En las semanas previas a la intervención occidental, se ha dicho o sugerido que en Libia se estaba produciendo un genocidio, que más de 10.000 personas habían sido masacradas o que Gadafi poseía armas químicas —Sarkozy y Cameron dixit— y que estaba dispuesto a utilizarlas contra su población. Sin embargo, el representante de la India en el Consejo de Seguridad de la ONU dijo que no existía prácticamente “ninguna información creíble” sobre la situación en Libia que pudiera justificar las medidas militares propuestas (cit. por Philippe Leymarie en “Guerre en Libye: la ‘furia’ française”, http://blog.mondediplo.net), lo cual justificaba su abstención. Es un punto de vista que hay que tener en cuenta, pues no sería la primera vez, precisamente, que se manipula a la opinión pública para obtener su apoyo a una guerra mediante exageraciones, medias verdades, medias mentiras o mentiras redondas». Y valga de ejemplo lo que refiero en el punto 1.

    4. En fin, creo que en un blog interesado en los recursos naturales y la sostenibilidad se recibirán con interés los datos que se presentan en este enlace y el análisis que se hace de los mismos: http://www.crisisenergetica.org/article.php?story=20110407210130784

    • Creo que es justo decir que en mientras tanto -e, junto al artículo de Gordillo, hay otro más ‘favorable’ a la intervención. Eso sí, me abstengo de comentarlo aquí porque me produce vergüenza ajena.

  7. Atila Diaria:
    Me gustaria, precisarte lo siguiente:
    Yo no pienso, que los analisis teoricos NO SEAN NECESARIOS, todos estamos manejando IDEAS, cuando damos nuestras visiones de las cosas. PERO, estos analisis teoricos tienen , que referirse a los datos y esos son CONCRETOS y los hechos, que manejamos son la actuación en Libia HOY. EN un momento historico preciso y los analisis que se hagan, tienen que ser actuales citar mucha informacion de filosofos (que conozco muy bien por mi profesion) representativos, pero son del Pasado. Me interesa debatir el presente, con visión de futuro, Y creo, que a muchas personas, nos atrae el proyecto EQUO, por eso, porque puede ser algo de PRESENTE Y DE FUTURO, y que por su caracter abierto, contructivo, puede aunar fuerzas de actuación de mucha gente, como está pasando.
    Para mi hay, una de imagen de Gadaffi, riendose y diciendo , quienes son los que protestan, cuando empezaron los primeros movimientos pacificos de protesta, como habia pasado en TUNEZ; EGIPTO etc…Este dato hace muy distinto lo, que pasa en Libia..
    LOs analisis teoricos deben de hacerse, pero intentando clarificar las cosas y distinguir unas cosas de otras y esto solo, se hacen analizando, lo concreto. Esto no es nuevo , lo llevando haciendo muchos pensadores. El primero, que ha abierto un camino, que ahora seguimos es Guillermo de Ockam, hacemos siglos, pero ahora estamos en el siglo XXI.
    No quiero extenderme, mas pues como diria Ortega la cortesia del filosofo es la CLARIDAD.
    un saludo

  8. Muy bien por Ramonet, que no es sospechoso más que de sentido común. Más claro, el agua. Al menos ahora, con este argumentario bien hilvanado y bien documentado, y mostrando las contradicciones evidentes que todos tenemos en este caso, el que quiera discrepar, legítimamente, por supuesto, tiene que reconocer como mínimo lo que son los hechos evidentes y, en todo caso, aportar los suyos en lugar de desinformar para llevarse el gato al agua y poder desprestigiar a los que, a todas luces,han tomado la postura más responsable en este acontecimiento.

  9. Los argumentos a favor y en contra son potentes…Creo que es cuestión de responsabilidad democrática. Si queremos que haya un organismo eficiente, llámese ONU o lo que sea, que TOME DECISIONES sobre los conflictos que afectan a los derechos humanos (y digo yo que los ciudadanos masacrados por el poder de Gadaffi tenían derechos defendibles cono seres humanos que son), deberemos admitir situaciones que supongan acciones contundentes. Comparto la hipocresía latente en todo este asunto, ya que el régimen libio ha pasado por muchas fases en su consideración como Estado válido para según qué ocasiones, pero esto no puede imposibilitar avanzar en la defensa a ultranza de la ciudadanía en estos países, faltos de valores democráticos y llenos de intereses creados.
    Mi opinión es de respaldo a la acción de la ONU, en sus justos términos, por supuesto.

  10. Tengo curiosidad de saber que opina hoy Ignacio Ramonet sobre el conflicto Libio, TRES MESES y miles de bombas de la OTAN despues, miles de muertos después, después de un pais destruido, un pais que más que nos pese y al margen de Gadafi, era el más desarrollado de toda Africa. Todavía hoy, despues de tantas mentiras espero con impaciencia que me enseñen las pruebas de los bombardeos de Gadafi sobre los manifestantes pacíficos, parece ser que todo fue una vil mentira organizada para justificar la intervención y el robo de las riquezas del pueblo Libio, los satelites rusos no detectaron vuelo alguno, observadores europeos no vieron evidencia alguna de bombardeo, me gustaria saber si hoy Ignacio Ramonet sigue pensando lo mismo.

  11. Creo que usted está muy equivocado con el Sr. Ramonet. Sus opiniones, supongo, se basan exclusivamente en intereses. Ese señor, igual que usted y yo, sabía perfectamente desde el principio, que esta guerra no estaba motivada por causa humanitaria alguna. Conocía o intuía sus trágicas consecuencias, por tanto ningún horror podía ni puede (creo) variar su opinión al respecto.
    No se engañe, amigo, ni se deje engañar. Ahora, este prohombre, junto con otros adalides dela paz imperial, probablemente estará celebrando la gran lección de derecho internacional, de democracia y de civilización que nos acaban de ofrecer la OTAN, la ONU y el bando vencedor de esa guerra, mientras preparan una adecuada justificación moral para la próxima.
    Disculpe, amigo, escribo conmocionado por la barbarie y las sangrientas imágenes que el bando vencedor nos ha lanzado a la cara y a la conciencia, también por las que nos ha ocultado, pero podemos intuir. Y horrorizado, y desolado por la idea del mundo que , con la necesaria complicidad de estos próceres con los que usted y yo nos hemos equivocado a veces, viendo luces de esperanza donde sólo hay teatro, se está imponiendo a sangre y fuego sobre nuestro futuro y el de nuestros hijos.
    Sólo puedo recomendarle que antes de introducir su voto en la urna, el próximo día veinte, lo examine muy bien, no vaya a estar manchado de sangre disimulada con palabras tan bellas como falaces.
    Un saludo.

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